de Santiago Tena

hágase, niña mía, hágase vivo el amor en tu espacio, hágase en ti la luz y en mí la vida, hágase, amor cercano, cercano nuestro amor, el beso en voz, la voz beso y presencia y estoy dentro, hágase de tu amor el mundo niño, el mundo que te busco, el que soy mundo y carne y poeta y ardor solo por ti, hágase el desinhibo, hágase el nos buscamos, hágase el en ti estoy, hágase del amor el vino de la cena, el esperar, el ven, el has venido, el correo directo, el te busco y me arriesgo y voy por ti y si duele no importa que me duela: te he vivido, hágase del amor vino y dolor y cena y despedida y voy y luego vuelvo, del amor que queremos hágase libertad, y con la libertad la luz del mundo, y que inaugure el mundo en ti y en mí un renacer de esperas sin espera, un renacer de yas sin todavías, un renacer de escarcha, de sol vivo, de dónde, de por qué no me escribes, un renacer de voy, un renacer de quiero, un renacer de no tan solo en público, un renacer de quiero y lo deseo y te lo digo claro y te lo digo cierto: lo quiero y lo deseo y voy por ti y a ti, y estando en ti y llegando, a donde en verdad llego y donde voy y quiero y sé que está esperando y que me llama en ti, es a mí mismo, niño hambriento y gozoso y cálido y feroz dentro de ti, niño que necesita de mí mismo: sé la puerta abierta y encantada y serena y ansiosa y atractiva e imán, y vientre vivo y tú, quererme vivo y tú, volarme vivo y tú, volcarme vivo y tú, amar, amar:

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24 noviembre 2011

DECLARACION


Hoy,
en el día de cualquier año
en el año de cualquier siglo,
en mis plenas facultades mentales y físicas
asumiendo cuando digo y escribo 
declaro, que me declaro culpable.

Culpable de todo lo que no hice,
de todo lo que no he visto y oído,
de las palabras que no dije a tiempo
de las otras que nunca aprendí.

Me preocupé por cosas que jamás sucedieron,
y pasé gran parte de mi vida en sitios equivocados,
en horas equivocadas, con gentes  equivocadas.

Declaro que llegué tarde a todas las citas,
que no estuve nunca antes en ninguna parte
que encontré la primavera florecida,
La tierra repartida  y el cielo prometido.

Que todo lo que tengo es menos de lo que me falta,
Que lo que creía, no le creí después
y que cometí el peor de los errores,
soñé en un mundo de pesadillas.

Declaro también
Que no hay nada más cierto, que nuestro pasar por la vida
ni nada mas falso que nuestra vida al pasar.
Que es feliz aquel que no quiere nada,
que no sabe nada, que no se pregunta nada 
y que no se da cuenta de nada.

Que de una mano temblorosa,
puede caerse el amor que hay en ella.
Que todo lo que no se da, no se acumula se pierde.
Que todos somos al fin  y al cabo,
esclavos de algún vicio o de alguna virtud.

Que he sido fiel solamente a mis dudas
y que el hombre más libre que conocí,
iba atado a un corazón de una mujer.

Autor: Gian Franco Pagliario

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