Todo eres tú:
el árbol de la ausencia, el del presente,
la escritora que viene, la que no,
el árbol del futuro, el del pasado,
el vientre, la esquirla de tu voz,
el pecho frío, el pecho de mujer y el pecho erguido,
todo en tu soledad se llama tú:
la puerta que no abre,
el comentario vano, la estación,
la voluntad del hombre,
el payaso insufrible que se atreve a decir que lees mal:
todo en tu soledad se llama tú:
la mujer que no entiendes,
la que quiere tu fuego,
la que se llama luz y cancionero,
la buscada del Dante,
la paz, la inestabilidad,
el alma fija y viva,
el alma y la materia:
todo te escribe a ti,
todo te habla a ti,
no hay ser ni sed ni llanto
ni no haber ni vacío
ni muerte ni escritura
ni civilización remota
ni futura que no esté ahí por ti:
pasado y tiempo y vida y mar en las palabras
y viento en la ventana los he hecho para ti:
yo que soy solo espíritu,
yo que soy ya palabra,
ya materia,
ya inspiración,
ya beso,
ya mirada y ya tu voz:
yo me he hecho para ti,
todo lo que he creado se llama como tú y lleva tu nombre,
amor y libertad,
y nada vivo ni muerto ni imposible
ni rico ni fatal
ni presente está ahí sino estás tú pensándolo,
si no estás noche a noche y día a día con toda tu bondad y tu impaciencia,
niño poeta y Dios,
haciendo el mar de letras y de mirada y gritos mar de amor y de paz y libertad.
Fuente: Llámame nadie
Fuente: Llámame nadie
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