de Santiago Tena

hágase, niña mía, hágase vivo el amor en tu espacio, hágase en ti la luz y en mí la vida, hágase, amor cercano, cercano nuestro amor, el beso en voz, la voz beso y presencia y estoy dentro, hágase de tu amor el mundo niño, el mundo que te busco, el que soy mundo y carne y poeta y ardor solo por ti, hágase el desinhibo, hágase el nos buscamos, hágase el en ti estoy, hágase del amor el vino de la cena, el esperar, el ven, el has venido, el correo directo, el te busco y me arriesgo y voy por ti y si duele no importa que me duela: te he vivido, hágase del amor vino y dolor y cena y despedida y voy y luego vuelvo, del amor que queremos hágase libertad, y con la libertad la luz del mundo, y que inaugure el mundo en ti y en mí un renacer de esperas sin espera, un renacer de yas sin todavías, un renacer de escarcha, de sol vivo, de dónde, de por qué no me escribes, un renacer de voy, un renacer de quiero, un renacer de no tan solo en público, un renacer de quiero y lo deseo y te lo digo claro y te lo digo cierto: lo quiero y lo deseo y voy por ti y a ti, y estando en ti y llegando, a donde en verdad llego y donde voy y quiero y sé que está esperando y que me llama en ti, es a mí mismo, niño hambriento y gozoso y cálido y feroz dentro de ti, niño que necesita de mí mismo: sé la puerta abierta y encantada y serena y ansiosa y atractiva e imán, y vientre vivo y tú, quererme vivo y tú, volarme vivo y tú, volcarme vivo y tú, amar, amar:

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28 enero 2012

Quiéreme

"Me dices que me quieres y es todo lo que quiero oír"

Ray Bradbury




Quiéreme, aunque sea de verdad,
 quiéreme, y permíteme el exceso
 quiéreme, si es posible y sin piedad
 quiéreme, antes del último beso.

 Quiéreme, haz que se incinere el mar,
 quiéreme, como el vendaval que pasa,
 por el resto de una brasa dentro de un glaciar.

 Quiéreme, sin el mínimo pudor,
 quiéreme, con la insidia de la fiera,
 quiéreme, hasta el último temblor,
 quiéreme, como quien ya nada espera.

 Quiéreme, aunque no sepas fingir,
 quiéreme, que de todas mis flaquezas
 sacaré la fortaleza para revivir.

 Sabes bien que jamás te lo he pedido
 ni jamás te hice un reproche
 por lo que esta vez te pido,
 ya que no es cosa de dos,
 que tú seas quien me quiera
 como nunca me has querido esta noche del adiós...

 Quiéreme, ahora que llegó el final,
 quiéreme, sin más puntos suspensivos,
 quiéreme, aunque venga el bien del mal,
 quiéreme, como si estuviera vivo.

 Quiéreme, que no entiendo que hago aquí,
 quiéreme, si no quieres que esté muerto
 porque todo es un desierto fuera de ti...

 Quiéreme, que ya empieza a anochecer,
 quiéreme, aunque sólo sea un instante,
 quiéreme, y hazlo como otra mujer,
 quiéreme, como si fuera otro amante.

 Quiéreme, que mañana ya murió,
 quiéreme, como si el mundo acabara, como si nadie te amara tanto como yo...
 Sabes bien...
  Luis Eduardo Aute

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